Ashtanga Yoga: Transformación y Disciplina en Cada Respiración
- Cristina Lozano

- 10 jun 2024
- 3 Min. de lectura

Ashtanga Yoga: Un Camino de Transformación y Disciplina
¡Bienvenid@s, querid@s yoginis!
Hoy exploraremos el mundo del Ashtanga Yoga, una práctica que fortalece el cuerpo y transforma la mente y el espíritu.
Tanto si eres nueva en el yoga como si ya tienes experiencia, esta disciplina puede llevar tu práctica a un nivel más profundo.
Origen y Filosofía del Ashtanga Yoga
El Ashtanga Yoga, desarrollado por K. Pattabhi Jois en el siglo XX, tiene sus raíces en los antiguos textos del "Yoga Korunta", atribuidos al sabio Vamana Rishi.
Jois aprendió esta forma de yoga de su maestro, Krishnamacharya, y luego la popularizó en Occidente.
La palabra "Ashtanga" significa "ocho miembros" y se refiere a los ocho principios del yoga delineados por Patanjali en los "Yoga Sutras": yama (restricciones), niyama (observancias), asana (posturas), pranayama (control de la respiración), pratyahara (retiro de los sentidos), dharana (concentración), dhyana (meditación) y samadhi (absorción).
Diferencias entre el Ashtanga Yoga y Otros Tipos de Yoga
El Ashtanga Yoga es una forma única de práctica que se distingue por su estructura, enfoque y filosofía.
A continuación, te presentamos algunas de las principales diferencias entre el Ashtanga Yoga y otros estilos populares de yoga:
Ashtanga Yoga: Se caracteriza por sus secuencias fijas y ordenadas, conocidas como series. Hay seis series en total, y cada practicante progresa de una serie a la siguiente a medida que domina las posturas. Es una práctica vigorosa y dinámica que requiere fuerza, flexibilidad y resistencia. La secuencia de posturas está diseñada para ser fluida y constante.
Vinyasa Yoga: Aunque también sincroniza movimiento y respiración, no tiene una secuencia fija. Las clases varían según el instructor y pueden incorporar una amplia variedad de posturas.
Hatha Yoga: Es más lento y suave, enfocado en posturas básicas y técnicas de respiración. Las clases pueden variar ampliamente, pero suelen ser más accesibles para principiantes.
Lo que Podemos Aprender del Ashtanga Yoga
El Ashtanga Yoga nos enseña la importancia de la disciplina y la constancia.
A través de su práctica estructurada y vigorosa, nos enfrentamos a desafíos físicos y mentales que nos invitan a superarnos cada día.
Aquí hay algunas lecciones clave que podemos extraer:
Disciplina y Compromiso: La práctica diaria de Ashtanga nos ayuda a desarrollar una rutina constante, lo cual es fundamental para cualquier transformación significativa.
Paciencia y Humildad: A medida que progresamos, aprendemos a ser pacientes con nuestro cuerpo y nuestra mente, entendiendo que el crecimiento real lleva tiempo.
Conexión Profunda con la Respiración: La sincronización de la respiración con el movimiento (vinyasa) es un aspecto crucial del Ashtanga, que nos ayuda a mantener la mente enfocada y presente.
Incorporando Ashtanga en tu Práctica Diaria
Para integrar el Ashtanga Yoga en tu práctica diaria, puedes empezar por:
Establecer una Rutina: Practica las posturas fundamentales y la secuencia de Ashtanga regularmente. Comienza con la serie primaria y progresa según tu capacidad.
Enfocarte en la Respiración: Concéntrate en el Ujjayi Pranayama (respiración victoriosa) para sincronizar cada movimiento con la respiración.
Practicar con Aceptación: Escucha a tu cuerpo y respeta tus límites. El Ashtanga no se trata de perfección, sino de progreso constante y consciente.
Reflesión Final
Cada estilo de yoga tiene sus propios beneficios y puede adaptarse a diferentes necesidades y preferencias.
Mientras que el Ashtanga Yoga ofrece una estructura desafiante y una profunda conexión con la tradición, otros estilos pueden ofrecer una experiencia más relajante o más adaptada a las necesidades individuales.
La clave está en explorar y encontrar el estilo que resuene contigo y complemente tu vida y objetivos personales.
Querid@s yoginis, espero que esta guía les ayude a entender mejor las diferencias y a elegir el estilo de yoga que más les beneficie.
¡Feliz práctica y Namaste!




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